Ahora que se acercan los exámenes de febrero, no está de más un recuerdo al Dinintel, un fármaco adelgazante muy empleado como herramienta de estudio en Santiago. Para conseguirlo había que ir a Portugal, donde las farmacias lo dispensaban sin receta. Como todas las cosas buenas, no duró.
De eso precisamente es de lo que va este post de este nuevo e interesante blog que, quizás en homenaje, lleva el nombre del propio fármaco.
El uso heterodoxo de fármacos explica la presencia en el mercado de muchos de ellos. Ocurrió con la míticas Centramina y Minilip; ocurre con complejos vitamínicos tipo Katovit o Pharmaton Complex, éste último incluso se publicita en época de exámenes. Cuando se difunden esas otras utilidades de estos productos, precisamente las que determinan su venta en masa, entonces comienza la persecución: cambios de composición, controles a la dispensación y, finalmente, retirada del mercado.Las empresas farmaceúticas, esos camellos globales, pronto colocarán en el mercado otro producto susceptible de empleo espúreo en sustitución del anterior que, a su vez, será inmediatamente detectado por sus primeros consumidores potenciales: los médicos. Despues se corre la voz y vuelta a empezar.
Productos legales que se emplean en usos ilegales. No es un caso único. El ejemplo más claro es el del papel de fumar: un producto cuyas ventas aumentan año a año. Ninguna persona sensata puede atribuir ni una mínima parte del mercado del papelillo al consumo legal de tabaco de liar, pero se trata de un negocio perfectamente lícito que nadie cuestiona. No sé, hay algo de hipocresía en todo ello.
Cada uno tiene sus truquillos o ayudas para estudiar o divertirse, legales, legaloides o ilegales. Así que el que tenga que estudiar, que estudie; el que quiera colocarse, que se coloque..., pero siempre con sentidiño.
De eso precisamente es de lo que va este post de este nuevo e interesante blog que, quizás en homenaje, lleva el nombre del propio fármaco.
El uso heterodoxo de fármacos explica la presencia en el mercado de muchos de ellos. Ocurrió con la míticas Centramina y Minilip; ocurre con complejos vitamínicos tipo Katovit o Pharmaton Complex, éste último incluso se publicita en época de exámenes. Cuando se difunden esas otras utilidades de estos productos, precisamente las que determinan su venta en masa, entonces comienza la persecución: cambios de composición, controles a la dispensación y, finalmente, retirada del mercado.Las empresas farmaceúticas, esos camellos globales, pronto colocarán en el mercado otro producto susceptible de empleo espúreo en sustitución del anterior que, a su vez, será inmediatamente detectado por sus primeros consumidores potenciales: los médicos. Despues se corre la voz y vuelta a empezar.
Productos legales que se emplean en usos ilegales. No es un caso único. El ejemplo más claro es el del papel de fumar: un producto cuyas ventas aumentan año a año. Ninguna persona sensata puede atribuir ni una mínima parte del mercado del papelillo al consumo legal de tabaco de liar, pero se trata de un negocio perfectamente lícito que nadie cuestiona. No sé, hay algo de hipocresía en todo ello.
Cada uno tiene sus truquillos o ayudas para estudiar o divertirse, legales, legaloides o ilegales. Así que el que tenga que estudiar, que estudie; el que quiera colocarse, que se coloque..., pero siempre con sentidiño.
Sigo diciendo que el café, la coca cola y las manzanas son muy útiles para mantenerse despierto. recuerdo preparando la selectividad a compañeras de clase que tomaban sustancias que claramente las perjudicaban. A mi nunca me han hecho falta, por suerte.
Saludos