Hoy hace un año que nació este blog. Lo abrí con una
foto tomada dos meses atrás en la playa de Cavallería, Menorca; un lugar maravilloso, situado como fuera del mundo, y en un momento en el que me sentía intensamente feliz. Escogí esa foto porque me pareció el mejor momento ese año que terminaba, y quise conservarlo de algún modo.
Cuando abrí esta bitácora no tenía la menor idea de si continuaría con ella: nunca he sido muy constante. Sin embargo, la mañana del día de fin de año encontré en el periódico
una historia que me fascinó y tambien quise conservarla. Y otro día quise conservar otra tontería. Y así sucedió con todos los posts posteriores: todos obedecieron al mismo impulso. Hasta hoy.
Repaso estas entradas; el 2007 pasa ante mí y se revela como lo que ha sido: un año de los malos. Dos hechos jodidos lo han marcado en lo personal: la operación de columna, ya remontada, que me tuvo seis meses en el dique seco; y la decisión, tomada por mi mejor amigo, de prescindir de la escasa vida que su enfermedad le permitía. Situaciones duras y complicadas que se desarrollaron en el entorno catastrófico que Galicia ha vivido este año, con incendios, terremotos, inundaciones y fatalidades varias. En definitiva,
no recordaré este año con agrado (la frase es de la reina de Inglaterra y, sí, corresponde a aquel famoso annus horribilis).
Hombre, no todo ha sido malo. Tambien ha habido muy buenos momentos. De ellos, destacaría ese largo viaje por el oeste de los estados unidos que tanto deseaba y que por fín realicé: Las Vegas, San Francisco, el cañón del Colorado; debo colgar alguna foto de ese viaje para conservar alguno de los muchos momentos de felicidad que viví.
Este año me he mantenido firme en la decisión de trabajar menos para vivir más que había tomado el año anterior. Los americanos llaman a este proceso downshifting; para mí no es más que sentido común. Han llegado ofertas de puestos y cargos: todos los ofrecimientos han sido rechazados. En todos los casos casi sin esfuerzo con excepción, quizá, de esa dirección en un hospital de Madrid por la que hubiera matado dos años atrás: ahí dudé.
He continuado dedicando parte de mi tiempo libre a formarme, pero siempre en cosas que me hacen disfrutar y que no tienen ninguna relación ni utilidad para mi trabajo. En ese aspecto este año no ha estado nada mal: dos cursos de fotografía, uno de guionista; las jornadas sobre blogs; el curso de video para internet que pronto iniciaré... Me gusta lo que estoy haciendo.
Este blog ha sobrevivido un año. No es gran cosa, pero me gusta. Circula por ahí una definición certera: un blogger no es alguien que ofrece su conocimiento de forma altruista, es alguien que necesita que le lean. Tambien es mi caso, siempre es cuestión de vanidad. Este espacio ha sido una de las cosas buenas de este año.
He hecho balance. Dejo los buenos propósitos para más adelante. Unicamente dar las gracias a esas personas que pasan por aquí y dejan su huella. En 2007 seguiré leyéndoles y, por mi parte, colgando bobadas como hasta ahora.
Feliz 2007. Intuyo que este sí será un año de los buenos.
Aunque no llevo aquí leyéndote un año, he saboreado cada uno de tus post, y desde luego aunque sé muchas cosas, desconozco otras tantas. Felicidades por este añito, espero poder seguir leyéndote durante muchos más años, y que de paso me resuelvas muchas dudas. Feliz año nuevo. Besos. Enna