02 octubre 2006
El arte de enchufar.

  1. Se acercan las elecciones municipales. A través de este proceso se produce el acceso a responsabilidades públicas de políticos noveles , incluso de simples ciudadanos, a los que el mundo de la gestión de asuntos públicos les resulta desconocido.

    Los que acceden al poder pronto descubrirán que, además de políticos en activo, pasan a convertirse en empresarios con capacidad para contratar y, lo que es más importante, con cierta capacidad para asignar puestos de trabajo de por vida.

    No puede dudarse a priori de las buenas intenciones de cada uno de ellos: todos somos honrados hasta que se demuestra lo contrario. Pero puede afirmarse sin lugar a dudas que tarde o temprano todos se verán en el trance de recibir alguna recomendación o presión para proveer de empleo a algún familiar, amigo, conocido o compañero de partido.

    Conceder cargos o empleos a través de influencias es algo que forma parte de nuestra historia y cultura . En España incluso se han dado largos periodos en los que la práctica totalidad de la Administración era designada por el político al que le tocaba ejercer el poder, y cesaba con él. Somos el país de la picaresca. Así que, ¿quién no conoce algún caso?; ¿no sospechamos, aún contra toda evidencia, que todas las plazas de funcionario han sido ocupadas por enchufe, y no de otra manera?; ¿no pensamos acaso que las plazas que se convocan siempre están dadas?.

    Si usted está en una posición de poder todos los demás presumen que puede enchufar, incluso creen que ya lo ha hecho a favor de algún otro. Sin embargo, pronto constatará que esta labor es algo más complicada de lo que parece, vaya, que requiere el conocimiento de algunos aspectos técnicos para ser eficaz. Vayan aquí algunas consideraciones y, valga la redundancia, recomendaciones:

    1.- Existe una coartada universal para enchufar: mis predecesores tambien lo hicieron, y mucho. Si no tiene otra justificación, no dude en usar esta. Esto vale tanto para políticos de izquierdas como de derechas. Los nacionalistas no necesitarán justificación alguna siempre que el recomendado tambien parezca serlo.

    2.- La facultad de enchufar debe emplearse con discrección: un enchufe notorio genera más solicitudes de recomendación y comporta el riesgo del efecto bola de nieve, siempre peligroso e indeseable. Si usted ha favorecido a uno, le resultará más difícil no favorecer a otro.

    3.- Las presiones más intensas estarán siempre referidas a los supuestos más difíciles de enchufar. Si Antoñito ni siquiera acabó la EGB, es más probable que llame alguien de Presidencia del Gobierno interesándose por él.

    4.- Los sindicatos, la oposición e incluso los medios de comunicación tienen entre sus funciones hacerle a usted difícil el proceso de enchufar. Es su trabajo, no es nada personal. Acérquese y conózcalos: descubrirá que todos ellos tienen parientes, amigos, conocidos y recomendados. Sírvase de ello.

    5.- Hoy en día ya no se enchufa en un único acto, sino en varias fases. Lo importante es poder realizar un primer contrato temporal a su recomendado. Después usted podrá prolongarlo o renovarlo a voluntad, de forma que su protegido pueda demandar en el juzgado la estabilidad en el empleo (supuesto en el que usted instruirá a sus servicios jurídicos para que defiendan a la entidad con poca energía). Otra posibilidad será convocar públicamente la cobertura de la plaza, proceso en el que someterá a los candidatos a una prueba muy sencilla para que todos aprueben y resulten decisiva la experiencia en el puesto, que por supuesto sólo acreditará su patrocinado.

    6.- No enchufe en su entidad a familiares directos: probablemente le costará el puesto. Sea inteligente: contacte con otro responsable público que esté en su misma situación y promueva una contratación recíproca de familiares. Casi siempre funciona.

    7.- Si en la entidad que dirige se ha establecido que la contratación de personal se realice a través de listas o bolsa de trabajo, con toda seguridad su recomendado no se ha tomado la molestia de apuntarse a ellas. En este supuesto usted deberá esforzarse en justificar la necesidad de proveer un nuevo puesto de trabajo de un nivel de especialización tal que no pueda cubrirse por las personas apuntadas en dichas listas. Por supuesto, el nivel de conocimientos requerido para el nuevo puesto coincidirá con el perfil de su recomendado.

    8.- En el caso de resultar muy difícil incorporar a su recomendado a la plantilla de la entidad, haga que lo contrate alguna empresa concesionaria. Usted puede compensar a la empresa al renovar la concesión, o de otras muchas maneras. El puesto de trabajo será tan fijo como el de un funcionario.

    9.- Por último, recuerde siempre la Ley de Oro de la Recomendación: cada enchufe genera un desagradecido y diez agraviados. No se extrañe, por tanto, que su patrocinado acabe presidiendo el comité de empresa y montando huelgas contra usted: los enchufados tiene una memoria muy escasa, y gran interés en borrar, por así decirlo, su pecado original.
 
posted by Andrómena at 11:36 a. m. | Permalink |


2 Comments:


  • At lunes, 02 octubre, 2006, Blogger Myrna

    justo te leía y revisaba el email en otra ventana y mira tú.. estabamos telepáticamente comunicados...... a mi lo que realmente me indigna es que de repente vas y miras, oye pero esa es maria la peluquera, pero que hace de relacionista pública del presidente???? o mira que majo es el amigo del cole que si acaso sabe mirar la hora y está de alcalde de ....
    indignante.
    snif
    besitos mi niño (ya te contesté el email de hoy)

     
  • At martes, 03 octubre, 2006, Blogger Peggy

    Un post muy bueno , quizas conoces la administracion , incluidos los sindicatos , que diciendo velar por los intereses comunes , son los mas enchufados , con la variante de "la liberacion" , osea no ocupar puesto de trabajo , cobrar como si estuvieran y trabajar en aras de los "compañeros" , en no se sabe que..........

     

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