12 mayo 2006
Punto y aparte


Un ataque combinado de lumbago y ciática, así a traición, me ha alejado de la pantalla unos días y esta casa ha estado desatendida. Dolencias coñazo que no pueden ser más inoportunas, ya que en tres días inicio el viaje. En fín, supongo que estas cosas no pueden elegirse. Moraleja: debo cuidarme más.

El lunes vuelo hacia los estates. El planazo, más o menos, es este:

- Volaremos con Air France con escala en París la víspera de la final de la champions. Imagino que el vuelo estará lleno de aficionados culés: ¡¡¡ toda la suerte del mundo para el Barça !!!. Del resultado me enteraré seguramente a la vuelta.

- La primera semana la pasaremos conociendo San Francisco. He intentado reservar por internet una visita a la isla de alcatraz, pero no lo he conseguido. Es curioso que haya que hacer tanto esfuerzo para entrar en una cárcel.

- En San Francisco compraremos el equipo de acampada y alquilaremos un coche (espero que sea uno de esos grandes que salen en las películas). De ahí iremos directamente al parque natural de Yosemite, donde acamparemos 4 días. Al parecer esta es la mejor época del año para ir, con las cascadas en plenitud. Hay osos sueltos: habrá que andar con cuidado.

- Desde Yosemite iremos hacia el sur, visitando el Valle de la Muerte, en dirección a Las Vegas. Queremos una inmersión de al menos dos días en toda la parafernalia kistch de esta ciudad. Elegiremos para visitar los hoteles que nos parezcan más horteras, así que hay opciones...

- Desde Las Vegas nos dirigiremos al Grand Canyon, donde hemos reservado plazas de acampada para 4 días. En ese punto del viaje espero estar plenamente en forma, ya que las rutas de este parque son bastante duras.

- Desde Grand Canyon iremos hacia el norte, con el propósito de visitar los parques de Bryce Canyon y Monument Valley. Este último es el escenario clásico de las pelis de John Ford, y por lo tanto es uno de los que más me apetece conocer.

- El retorno hacia San Francisco nos gustaría realizarlo siguiendo en parte la carretera de la costa que une esta ciudad con Los Angeles, visitando Monterrey, Carmel y Santa Bárbara. En San Francisco aún tendremos un par de días antes de volar de vuelta a España.

Todo el viaje es abierto en fechas y destinos. Nos llevará un mes entero.

Estoy intentando averiguar como se postea por e-mail. No llevo portátil, pero aprovecharé los cibercafés y similares. Si lo consigo y tengo tiempo, iré colgando mis impresiones del viaje. En caso contrario, a la vuelta volcaré el contenido de mi cuaderno Moleskine, para quien lo quiera leer y para mi propio placer.

En todo caso, esto es un punto y aparte: este rincón continuará activo.

Hasta loguiño.
 
posted by Andrómena at 7:43 p. m. | Permalink | 5 comentarios
05 mayo 2006
Coches


Conducir no es lo mío.

Saqué el carnet con la edad mínima, aprovechando una iniciativa del INEM por la cual si estabas en paro podías apuntarte en una lista y te mandaban a una autoescuela totalmente gratis, se supone que para facilitar tu inserción laboral. Eran los buenos tiempos de la cobertura por desempleo, en los que te daban igual número de meses de paro que los que hubieses trabajado y, si se te acababa, te pagaban por hacer cursos.

Lo cierto es que fuí a la autoescuela sin la menor motivación, solo para aprovechar el chollo que se me ofrecía. Allí descubrí que no me gusta nada, pero absolutamente nada, conducir.

Tras cuatro intentos saqué el carnet, creo que por cansancio (y cierta benevolencia) de un examinador un poco harto ya de suspenderme. Lo metí en una funda de plástico y lo guardé. En los siguientes diez años no conduje más de media hora.

Me acostumbré a taxis, autobuses, trenes y sobre todo, a andar. Me acostumbré a acoplarme en los coches de los demás, y a desechar planes que exigían una movilidad de la que no disponía. Prioricé los trabajos que me permitían ir y volver andando (donde vivo es posible).Comprar un coche no entraba en mis planes.

Cuando, por ampliar mis posibilidades, decidí por fín hacerme con uno tuve que volver a una autoescuela a aprender de cero. Al monitor le hizo mucha gracia que quisiese poner una L de prácticas en mi coche, y me informó que con esa antiguedad de carnet podrían incluso multarme si la llevaba. Me enseñó a circular pero, pese a muchos intentos, no consiguió que aparcase el coche más que en batería. Todavía no he aprendido a hacerlo de otra forma.

Sigue sin gustarme conducir. Intento evitarlo y, cuando no me queda más remedio, debo ser la única persona que cumple todas las normas de circulación . Y eso es algo que desespera a los demás conductores.

Los coches son cosas, pero establecemos con ellos una relación muy especial que los aproxima a las personas. Siempre necesitamos saber dónde está. Lo llevamos a revisar con mucha más frecuencia que a nosotros mismos. Si tenemos la posibilidad le ponemos una casita bastante cara para que duerma a gusto. Le compramos cositas. Le damos cremitas. Y cuando empeza a envejecer nos ponemos tristes, pero empezamos a mirar de reojo a otros más jóvenes y atractivos con la tentación de serles infieles.

Mi coche nació en Stuttgart y tuvo mala suerte conmigo. Es capaz de darme mucha potencia y aceleración, es capaz de adelantar a muchos que me adelantan a mí, pero yo no se lo pido. Sale poco, y cuando voy a sitios interesantes no suelo llevarlo. Pasa mucho tiempo en el garaje, a oscuras, y sus ruedas pierden presión.

Nunca se ha quejado. Nunca ha tenido una avería o me ha dejado tirado. Pero creo que si pudiera pensar hubiera preferido pertenecer a algún conductor de verdad que le sacase todo el partido, lo tuviese todo el día en la calle y lo llevara a viajes emocionantes por autopistas sin límite de velocidad. A veces, cuando lo pongo en marcha, creo oir un cierto sonido de reproche...
 
posted by Andrómena at 7:43 p. m. | Permalink | 9 comentarios
03 mayo 2006
Pasaporte

A pesar de que tengo un pasaporte en vigor, resulta que para entrar en estados unidos no me vale. Por tanto he tenido que ir a una comisaría a sacarme uno nuevo que sirve, según parece, para que lo lea un ordenador.


Ir a una comisaría no mola. Es inquietante. Nadie quiere estar allí mucho tiempo, y yo tampoco. Al fin y al cabo qué vas a esperar de un sitio que está decorado con las fotografías de los criminales más buscados.


Dentro de la comisaría había un montón de gente esperando. Detrás de un largo mostrador se afanaban varios funcionarios atendiendo a los sufridos ciudadanos, que eran llamados por un sistema de números. Cogí el mío y me quedé observando.


Al final del mostrador había un cartel que ponía en letras grandes "puesto inoperativo". Y así era: detrás de ese cartel estaba un funcionario que efectivamente estuvo inoperativo los cincuenta minutos largos que esperé hasta que me tocó la vez. Miraba a la pared, daba charla a algún compañero que pasaba por ahí, e incluso atendió alguna llamada telefónica personal. Todo esto no tendría mayor mérito si no fuera por el hecho de que esta notoria inactividad se producía a la vista de unas cuarenta personas esperando y sin otra cosa que hacer que mirarlo a él.


El resto de los funcionarios, todo hay que decirlo, curraban que se las pelaban. De hecho una vez atendido el nuevo pasaporte me lo dieron ¡en 10 minutos!. Yo me imaginaba que tendría que esperar al menos una semana.


El nuevo pasaporte es chulo. Tiene dibujos de animalitos en todas sus hojas, con mapas que detallan el rumbo de sus migraciones. El pasaporte anterior lo cortaron y le estamparon un enorme sello de cancelado (me dio algo de pena). Después comprobé que, pese a que he viajado con él, todas sus hojas estaban en blanco. En las fronteras ya no tienen la costumbre de poner un sello que te sirva de recuerdo.

 
posted by Andrómena at 6:05 p. m. | Permalink | 5 comentarios
01 mayo 2006
Otros que vuelven


Ya me extrañaba a mí. Y vuelven nada menos que con una parodia, ¡¡del Código Da Vinci!!

Es de suponer que el Vaticano reiterará su más enérgica protesta...
 
posted by Andrómena at 8:06 p. m. | Permalink | 1 comentarios
Moleskine
Recibo un e-mail de mi hermano Pedro, que siempre está atento a las cosas que valen realmente la pena. En el mensaje, como anticipándose a mis deseos o necesidades para el viaje, incluye un link a la web de los cuadernos Moleskine.


Los cuadernos Moleskine son algo así como los rolls-royce de las libretas. Sirven para tomar notas pero, y eso es lo más importante, son sobre todo objetos intrínsecamente bellos que dan realce a las anotaciones o dibujos que acogen.


Los Moleskine son los cuadernos clásicos de los escritores de viaje y los artistas. Entre sus usuarios se cita a Bruce Chatwin, Hemingway, Picasso, Matisse y Van Gogh. También lo emplean personajes de ficción como Indiana Jones o Amélie.



He buscado comentarios de usuarios. Casi todos coinciden en una cosa: es tan hermoso que es realmente difícil de comenzar. Muchos aconsejan emplear exclusivamente el lápiz.


Existe otro problema: los cuadernos Moleskine no se venden en cualquier parte. Como de costumbre, en las grandes ciudades siempre se podrá encontrar, pero en Compostela... , en fín. Al parecer lo venden en la librería del Museo de Arte Contemporáneo: una buena razón para darme un paseo por allí.


Hasta ahora no me había dado cuneta, pero creo que para este viaje necesito este cuaderno.


 
posted by Andrómena at 11:08 a. m. | Permalink | 1 comentarios

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